Investigaciones científicas

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El trabajo pionero de William H. Bates

El Dr. William H. Bates fue el oftalmólogo estadounidense pionero de la visión natural con una base científica. Inicialmente el Dr. Bates prescribía lentes y operaba como los oftalmólogos convencionales de su época, pero le resultaba frustrante que, cuando sus pacientes regresaban, necesitaban lentes cada vez con una graduación más fuerte. Consideró que si los lentes «curasen» realmente los ojos las personas los necesitarían menos y no más, como sucede en la mayoría de los casos.

Por otra parte, Bates observó con interés cómo personas operadas de cataratas (sin cristalino) eran capaces de enfocar. Y esto le llamó mucho la atención, ya que las teorías convencionales de la época  (todavía mayoritarias hoy en día a pesar de datar de 1855) consideraban que el único mecanismo de enfoque del ojo era el trabajo de acomodación de la refracción del cristalino y los músculos ciliares. Por lo tanto, dedujo que debía haber otro mecanismo más implicado en el enfoque.

Examinando la anatomía del ojo propuso la hipótesis de que los músculos extraoculares -ya conocidos- rectos y oblicuos debían participar también en el trabajo de enfoque. Observó las variaciones de la vista de decenas de miles de pacientes. Investigó las formas de ver que diferencian a las personas que ven bien de las que ven mal. Y desarrolló todo un método de reeducación visual que durante mucho tiempo se enseñó en las escuelas del sistema público del Estado de Nueva York con gran éxito.

Además de publicar su obra seminal en 1920 y de editar su propia revista de visión natural durante décadas, los trabajos de investigación de William H. Bates y sus casos de éxito fueron publicados en diversas revistas médicas de reconocido prestigio en su época incluyendo el New York Medical Journal, Medical Record, the Journal of the Allied Medical Associations of America, Virginia Medical Monthly, y el American Journal of Clinical Medicine.

Si bien la figura del Dr. Bates y su trabajo han sido muy controvertidas, investigaciones posteriores confirman que los fundamentos de su método son correctos y sus teorías son avaladas por los resultados de otras investigaciones experimentales controladas. Además esta corroboración es multidisciplinar, como lo podrás descubrir en las siguientes pestañas.

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La investigación de Ray Gottlieb, Universidad de Berkeley

Ray Gottlieb es un optometrista comportamental que descubrió la existencia del Metodo Bates durante sus estudios. Consagró su Tesis Doctoral en la Universidad de Berkeley a fundamentar las bases científicas del Método Bates. Enseño Visión Natural en la Universidad de Berkeley y ha sido profesor en dos escuelas de optometría, en la propia Universidad de Berkeley y en la Universidad de Huston y en una escuela médica en la Universidad de Rochester. Creó un método propio Read Without Glasses Method de mejoría de la vista por medios naturales trabajando con la fusión en convergencia y en divergencia como mecanismo de re-educación visual. Es invitado con regularidad a dar conferencias en Estados Unidos y Europa.

En su Tesis Doctoral desarrolla un modelo etiológico de la miopía apoyándose en las ideas de Bates y en conceptos psico-fisológicos compatibles con la literatura sobre la miopía. Las pruebas de su investigación muestran las inconsistencias de las teorías genéticas, metabólicas y biológicas de la variación de la miopía.

Su investigación muestra, entre otras cosas, que la miopía es una condición flexible que se puede reducir en magnitud.

Su riguroso trabajo rompe una lanza y fundamenta aún más sólidamente los trabajos de investigación del propio William H. Bates.

Gottlieb, Ray. The Psychophysiology of Nearsightedness. Tesis Doctoral. Universidad de Berkeley: 1978.

La teoría polivagal y sus implicaciones. Stephen W. Porges, Univ. de Illinois

La Teoría polivagal es una teoría neurofisiológica, psicofisiológica y filogenética enunciada por el Doctor Stephen W. Porges, de la Universidad de Illinois en 1995. Según esta teoría, gran parte de la conducta social y las emociones tienen importantes condicionantes fisiológicos, los cuales son una consecuencia del peculiar modo en que los mamíferos han resuelto la regulación del sistema nervioso autónomo a través del nervio vago.

Los tipos de respuesta de un organismo a su entorno vienen determinados por la percepción de peligro que éste perciba, con una jerarquía de prioridades. En caso de peligro percibido para la supervivencia, se pondrá en marcha de forma automática el sistema más primitivo (que compartimos con los reptiles) para permitir la supervivencia. Los mecanismos de defensa posibles serán dos: el pasivo (inmovilización, congelación) o el activo (huída o lucha), según si la respuesta es dada por el sistema parasimpático o por el simpático (con la implicación del sistema vagal dorsal).

En caso de no percibir peligro alguno, la activación fisiológica implica el nervio vago ventral, lo cual produce un estado de relajación que permite la auto-regulación del vínculo y del compromiso social y respuestas fisiológicas diferentes.

El nervio vago regula el sistema sensorial, que conecta el estado visceral con la expresión facial. Así pues, según sea la percepción de peligro en el entorno, esto tiene un efecto directo en la actitud de la persona hacia su entorno, también en su expresión facial y en particular el uso de los ojos. Esto sucede de forma automática y da lugar a 4 modalidades fundamentales:

  1. Activación del sistema simpático sin vago ventral: la persona está en una emoción de miedo y una actitud de lucha, huida, pánico o inmovilización o congelación. El sistema visual muestra pupilas dilatadas, fijación, no hay atención en la visión periférica, no hay parpadeo, no hay movimiento del ojo y del cuello. Esta forma de mirar es un mecanismo de defensa y supervivencia ante el peligro percibido, pero si se convierte en una actitud constante degrada la vista.
  2. Activación del sistema parasimpático sin vago ventral: la persona muestra una actitud de pasiva: inmovilidad, colapso, depresión, agotamiento, saturación, abandono o falta de interés. El sistema visual muestra la pupila contraída, la mirada perdida, vacía o ausente. Se trata de una mirada que no muestra interés y no ve. Esta forma de mirar también deteriora la visión.
  3. Activación del sistema simpático con vago ventral: la persona se siente segura y está en una actitud de orientación exploratoria. La persona muestra interés, activación lúdica, curiosidad, exploración, aprendizaje. El sistema visual muestra contacto visual, mirada relajada, contacto social. Se percibe libertad de movimiento en los ojos y una atención del centro y la periferia del campo visual.
  4. Activación del sistema parasimpático con vago ventral: la persona muestra una actitud de relajación y descanso, de una pasividad segura. Se trata de un momento de integración, de digestión, de aprendizaje, en que el sistema visual está en descanso, con los ojos semi-abiertos o cerrados en posición de descanso seguro.

En conclusión, en situación de peligro percibido los mecanismos de defensa alteran y empeoran la visión, mientras que cuando las personas están relajadas ya sea de forma activa o en actitud de descanso el sistema visual puede funcionar de forma óptima. Por lo tanto es fundamental cultivar la relajación.

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El impacto de la toxicidad y la nutrición en la vista

El organismo necesita los nutrientes adecuados para funcionar correctamente. Del mismo modo, el organismo dispone de sistemas para eliminar la toxicidad y los elementos nocivos para el cuerpo, ya sea que hayan penetrado en el organismo por el contacto con el entorno (por la piel, por la respiración os siendo ingeridos), ya sea que hayan sido producidos en los diferentes procesos endógenos de funcionamiento del propio cuerpo.

Los ojos, al igual que el resto del organismo requieren del aporte de nutrientes adecuados y de la eliminación de elementos tóxicos. Las estructuras de los ojos son particularmente pequeñas y delicadas, por ello los desequilibrios en la nutrición o en la toxicidad suelen afectar la calidad visual.

Está comprobado que el estado del hígado, órgano capital en la gestión de la toxicidad en el organismo, está íntimamente relacionado con el estado de los ojos y de la visión. El deterioro de la visión puede ser un primer indicador que revela una nutrición desequilibrada y un exceso de toxicidad en el cuerpo.

Cuidar del propio capital visual cuidando de la alimentación y disminuyendo la toxicidad no solo tiene un impacto positivos en la vista sino que produce otros efectos secundarios benéficos para la salud general, pudiendo prevenir incluso la aparición posterior de ciertas enfermedades degenerativas.

Véase el número especial de la revista científica de optometría Optometry & Visión dedicado a la relación entre la nutrición y visión en 1996. Ese mismo año en la revista científica Nutrition, dedicada a la nutrición, se publica otro número especial dedicado al impacto de la toxicidad en la visón.

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El hallazgo de Charles R. Kelley, Universidad de Columbia

Charles R. Kelley llevó a cabo una Tesis Doctoral en 1958 en el New School for Social Sciences, asociado a la Universidad de Columbia, en Nueva York, por la que ganó el premio a la mejor tesis del año. En dicha investigación relacionó la teoría de las corazas corporales del psicoanalista heterodoxo Wilhelm Reich con las teorías de William H. Bates y estableció correlaciones estables entre diferentes emociones no integradas y síntomas de la vista específicos.

Sus investigaciones y experimentaciones permitieron documentar que era posible obtener un éxito significativo en la mejoría de la vista de los miopes y demostrar diversos hechos como por ejemplo:

1. La miopía no es una condición estructural fija, sino que cambia sus valores al variar las condiciones.

2. Las variaciones de la miopía suceden como consecuencia de cambios psicológicos. La miopía empeora con el miedo o la inseguridad y se reduce al aumentar la confianza, la relajación y las imágenes agradables.

3. Se puede utilizar la sugestión para producir cambios psicológicos que a su vez afectan el grado de la miopía para bien o para mal. Al aplicar la sugestión de forma repetida se pueden lograr mejorías duraderas.

Además, sus investigaciones fueron publicadas en las actas del Congreso de la American Psychological Association y en el Journal of the American Optometric Association. Se hicieron eco de estos hallazgos publicaciones periódicas tan prestigiosas como Time magazine y el New York Times, y fue emitido en programas de radio en Nueva York y California.

Kelley, Charles R. Psychological Factors in Myopia. Tesis Doctoral. New School for Social Research, University of Columbia, New York: 1958.
Kelley, Charles R. New Techniques of Vision Improvement. 1971.

Epidemias históricas de miopía

La primera «epidemia» histórica de miopía, considerada una cuestión de salud pública fue observada en el siglo XIX en Prusia, coincidiendo con el establecimiento de la primera escuela obligatoria para todos. Se observó que la prevalencia de la miopía en niños escolarizados era mayor que en los niños de generaciones anteriores sin escolarizar.

A la luz de las investigaciones posteriores se puede comprender que un cambio de entorno que genera inseguridad sumado a periodos prolongados de inmovilización corporal, de imposibilidad de expresión y de deber prestar atención a cosas diferentes de las que despiertan la curiosidad autónoma son factores que generan tensión corporal y en particular en los ojos, al igual que la sobre-solicitación del enfoque de cerca que comienza de forma masiva con la creación de la escuela obligatoria para todos.

Históricamente, ya se había observado el aumento de miopía en otros casos de reclusión, pero se trataba de contextos sociales circunscritos y minoritarios tales como:

  • En la corte de Luis XIV, el rey sol. Los nobles y aristócratas tenían la obligación de permanecer en la corte para ganar los favores del rey y tener ventajas políticas. Su reclusión y presión social constantes provocaban una prevalencia mayor de la miopía.
  • Las congregaciones de monjes y monjas de clausura en que sus miembros permanecían encerrados en interiores durante los largos periodos de tiempo de sus votos. Durante la edad media los monjes también realizaron trabajos de copiado de libros durante largas jornadas, a veces incluso a la luz de las velas, siendo estos factores de desarrollo de la miopía. Los que quedaban libres de estos problemas eran los que trabajaban en el huerto al aire libre.
  • Prisioneros, presos y reclusos. El confinamiento, la ausencia de luz solar, la imposibilidad de mirar en la lejanía, así como las condiciones alimenticias y de trato a las que se veían sometidos los prisioneros reunían las características necesarias para el desarrollo de la miopía, y que era más prevalen en estos colectivos que en la población general.

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Aculturación y visión borrosa

La antropología, que es la ciencia que estudia al ser humano de una forma integral, ocupándose tanto de sus características físicas como animales y de su cultura, también se ha interesado por la visión.​

En particular, en los casos en los que la calidad visual de grupos étnicos enteros se ha visto transformada súbitamente – de una generación a la siguiente – en procesos masivos de aculturación.

El caso más evidente, mejor documentado y más conocido es el de los esquimales en Alaska. En tres generaciones – que denominaremos abuelos, padres e hijos – la miopía ha pasado de ser inexistente en el modo de vida tradicional adaptado a la vida en el hielo de la generación de los abuelos, a ser moderado pero creciente en la generación de los padres teniendo un estilo de vida mixto, a alcanzar la misma prevalencia que en la población americana para su mismo rango de edad en la generación de los hijos escolarizados.

La antropología nos demuestra por lo tanto nuevamente que la calidad visual no es una función de determinismo biológicos o genéticos sino de una adaptación al medio, estilo de vida y hábitos de usos de los ojos, por lo tanto se puede revertir adoptando los modos de vida, hábitos y costumbres que permiten mantener una buena visión.

Existen datos antropológicos que demuestran que en las sociedades rurales «menos desarrolladas» con estilos de vida adaptados al medio natural – a veces incluso a pesar de contar con una nutrición menos variada – la prevalencia de problemas de la vista es mucho menor que en las sociedades complejas industrializadas que caracterizan el mundo llamado occidental. Estos datos son corroborados por las estadísticas representativas de salud pública referidas al estado de la vista.

El estilo de vida más relajado, con menos complejidad en las relaciones sociales, y con mayor exposición a la luz solar y los espacios abiertos redunda en una mayor calidad del capital visual.

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Etiología psicosocial de los síntomas visuales

En lo relativo a la sociología voy a mencionar mis propias investigaciones en la Universidad de Toulouse compartidas con la Profesora-Investigadora Dr. Anita Meidani, especialista en sociología del cuerpo y de la salud.

Realizamos una encuesta mediante cuestionario a 450 personas padeciendo diversos síntomas de la vista. Dos de las preguntas del cuestionario invitaban a las personas respondentes a identificar la edad a la que comenzó el primer síntoma en la vista y a contar qué estaba sucediendo en ese periodo de su vida.

El 82% respondieron espontáneamente hablando de algún acontecimiento estresante, frecuentemente ligado a los ciclos escolares y de inserción en el trabajo, aunque también ligados a eventos de la vida familiar y/o tensión en las relaciones personales.

Del 18% restante, un 6% que afirmaba que «no había pasado nada particular» completaban la frase explicando cosas como: «nada particular, murió mi padre». «Nada particular, me mudé a vivir a otro país», «nada particular, me divorcié», «nada particular, estaba deprimida y estresada».

Se puede deducir por lo tanto que en el 88% de los casos los problemas de la vista coinciden con un periodo de la vida en que la persona está atravesando un momento estresante y se puede, por lo tanto investigar la causa pisco-social del desarrollo de los síntomas visuales, lo cual añade las herramientas del psicólogo y las del sociólogo a los procesos de recuperación de la salud visual.

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Otras Referencias

Además de las referencias ya mencionadas, he aquí una breve presentación de otras investigaciones en diferentes disciplinas referidas en Tesis Doctorales de Universidades ilustres de o en revistas científicas de reconocido prestigio y avaladas por el riguroso proceso de revisión por pares:

  • Birnbaum, Martin, O.D. and Kelly Thomann, O.D. “Visual function in multiple personality disorder.” Journal of the American Optometric Association. 67(6): 327-34. June 1996.

La investigación de los optometristas Birnbaum y Thomann muestran que los cambios de síntomas visuales que suceden en personas con desorden de personalidades múltiples indican que éstos son debidos a desajustes funcionales ligados a tensiones en la conciencia. Nuevamente se observa que la personalidad y el estado mental influyen en la fisiología y son un factor relevante en los desórdenes y deterioro de la visón.

  • Davis, Edward A., A.M., M.D. “Accommodation in the lensless eye – to what is it due?” Manhattan Eye and Ear Hospital Reports. 2: 41-56. Jan 1895.

El informe realizado por el Médico Edward Davis da cuenta de casos identificados por él y otros eminentes doctores en que pacientes capaces de enfocar a diferentes distancias a pesar de que se les había retirado el cristalino – considerado convencionalmente como el único mecanismo de enfoque – en una operación de cataratas. Esta evidencia, aparte de romper una lanza por la tesis de Bates de que la acomodación también sucede por la participación de los músculos extra-oculares, demuestra que los límites que modelos convencionales pretenden imponer a la mejora de la vista por medios naturales son erróneos ya que se basan en premisas falsas.

  • Davison, Gerald C., Lawrence Singleton. “A preliminary report of improved vision under hypnosis.” The International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis. 15(2): 57-62. 1967.

Practicantes de hipnosis descubrieron accidentalmente que la visión de los pacientes mejoraba notablemente durante la hipnosis. La acomodación del cristalino – convencionalmente considerada como el único mecanismo de enfoque – estaba paralizada por drogas y sin embargo la agudeza visual de los pacientes mejoraba. Estos hallazgos sugieren que los cambios psicológicos fueron responsables de la claridad de la visón.

  • Fox, Jack. Functional Factors in Myopia. Tesis Doctoral de la University of Califorina in Los Angeles (UCLA): 1958.

La Tesis Doctoral de Fox, demuestra que los miopes difieren de las personas que ven bien en sus características psicológicas. Estos hallazgos sugieren que la miopía es una condición psicosomática. La segunda parte de la investigación experimental, tomando en cuenta múltiples factores variables y contrastando con un grupo de control, muestra que la agudeza visual de los miopes mejoró de forma significativa como resultado de la sugestión hipnótica. Esta investigación apunta nuevamente a los factores mentales implicados en la miopía y a la posibilidad de mejorarla trabajando con la mente.

  • Graham, Charles and Herschel W. Leibowitz. “The effect of suggestion on visual acuity.” International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis. 20(3): 169-186. 1972.

Graham y Leibowitz descubrieron que la sugestión hipnótica conduce a una mejora significativa de la visión en las personas aquejadas de miopía. Los sujetos experimentaron flashes de vision clara, que son fenómenos comunes en las personas que mejoran su visión por medios naturales. También mencionan referencias múltiples a este fenómeno en la literatura sobre hipnosis.

  • McClay, William H. Systematic Relaxation: A Treatment for Visual Problems. Tesis Doctoral de la United States International University, San Diego: 1978.

La Tesis Doctoral de McClay implicó medidas sistemáticas pre-test y post-test realizadas por un optometrista relativo al trabajo de un Educador Visual del Método Bates en El Cajon, California, e ilustra la variedad de condiciones con las que el Método Bates es efectivo.

En la miopía se observaron mejoras promedio muy significativas de la agudeza visual y significativas en la reducción de las dioptrías de los lentes correctivos. En la presbicia y la hipermetropía las mejoras promedio de la visión de cerca fueron altamente significativas. El 60% de los casos de estrabismo desaparecieron o fueron muy notablemente reducidos. El 40% de los casos de estrabismo fueron eliminados. En el caso de cataratas, a pesar de no observarse su desaparición objetiva, la agudeza visual promedio evolucionó de 20/40 a 20/25.

  • Polat, Uri; Schor, Clifton; Tong, Jian-Liang; Zomet, Ativ; Lev, Maria; Yehezkel, Oren; Stern, Anna y Levi, Dennis M. “Training the brain to overcome the effect of aging in the human eye» Scientific Reports. 2012.

Este equipo interdisciplinar e internacional de investigadores de la School of Optometry y Hellen Wills Neuroscience Institute de la University of California en Berkeley, así como de la Faculty of Medecine Goldshleger Eye Research Institute de la Tel-Aviv University en Israel muestra cómo es posible entrenar al cerebro a base de aprendizaje perceptivo repetido y mejorar la visón en casos de presbicia incluso si las condiciones ópticas del ojo no cambian. Las evidencias muestran que el cerebro mantiene la neuro-plasticidad que permite mantener una buena percepción visual incluso tras la degradación de los ojos.

  • Shapiro, Francine. “Efficacy of the eye movement desensitization procedure in the treatment of traumatic memories« Journal of Traumatic Stress Studies, 1989 (2) 199-233.

Los múltiples trabajos de investigación de la Dra. Francine Shapiro muestran también la relación entre los ojos y las emociones. En este caso ella desarrolló el EMDR, la desensibilización y reprocesamiento del trastorno por estrés post-traumático mediante movimientos oculares, método psicoterapéutico por el que ganó el premio Sigmund Freud en 2002 y que ha sido elegido por la ONU para aplicar en casos de grandes traumatismos colectivos (guerras, genocidios, catástrofes naturales etc.).

  • V.V.A.A. “Influence of Extraocular Muscle Co-contracture on Globe Length.” American Journal of Ophthalmology. 66(5): 906-908. Nov 1969.

En un experimento conducido con gatos y humanos implicando la estimulación eléctrica de los músculos extra-oculares produjeron un cambio de una a dos dioptrías de error de refracción. Este experimento muestra evidencia de que -contrariamente a las falsas creencias convencionales – la tensión muscular crónica afecta la acomodación de la refracción y por lo tanto el enfoque y la agudeza visual.

  • V.V.A.A. Número especial sobre la relación entre la postura y la vista Journal of Nippon Medical School. 1997.

En 1997 el Journal of Nippon Medical School publica un número especial sobre la relación entre la mala postura y las dificultades visuales. Las investigaciones muestran igualmente que correcciones en la postura conllevan una mejoría de la agudeza visual.

  • V.V.A.A. Número especial sobre la relación entre la el estrés y la visión. Journal of Norwegian Medical Association. 1991.

En 1991 el Journal of Norwegian Medical Association publica un número especial en el que se corrobora una vez más la relación que existe entre el estrés y el deterioro de la visión en entornos laborales y escolares así como la mejoría de la vista al adoptar mayor relajación.

  • Zeigerm, Carolyn. A Psychological Approach to the Improvement of Myopia. Tesis Doctoral en la University of Colorado: 1976.

La Tesis Doctoral de Carolyn Zeigerm muestra una vez más la diferencia de rasgos psicológicos entre las personas que experimentan miopía y las que tienen buena visión. Las primeras acusan rasgos tales como irritación, nerviosismo y falta de confianza. Frecuentemente ven el mundo con rechazo y mantienen una distancia con él creando una barrera conceptual y manteniéndose introvertidos. Esta investigación muestra una vez más la dimensión psicosomática de la miopía y refuerza las tesis de Bates.

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